A 16 años de su salida, es un juego que no permite ser olvidado. Logra elevar a la tercera dimensión todos los elementos de aventura y misterio (¿Qué habrá más allá de la siguiente puerta?) que en las versiones de MS-DOS; sin embargo, y a pesar de que habían pasado diez años entre uno y otro, POP 3D tiene un problema que ya no era tan aceptable en su época de publicación: La misma jugabilidad.
Lo bueno
La música es increíble, y si lo combinamos con el diseño de los escenarios que unieron lo fantástico con elementos "reales" de Persia del S. XII, se nos otorga una aventura que hace que pierdas la noción del tiempo. La transición entre un nivel y otro es ideal, dado que no perdemos concentración y la acción entre mapas permanece con mucha fluidez. Hay que felicitar la riqueza con la que están diseñados los niveles y cómo el motor 3D es utilizado sin desperdicio, colocándonos en distintos escenarios: Nada para aburrirse.
Si bien la complejidad en los combates no varía mucho, lo que en verdad puede llegar a retarnos son las trampas y rompecabezas, que van volviéndose cada vez más complejos a medida que avanzamos.
El diseño de los personajes (tanto el Príncipe como los demás) son de aspecto colorido y, para la época en la que salió, novedoso.
Lo malo
Este juego es un ejemplo del hecho de que algo ambientado en la tercera dimensión no es, por sí mismo, completamente fluido. Movimientos torpes impiden hacer cambios rápidos en la trayectoria, como si el personaje fuera una especie de camioneta que no puede hacer giros rápidos. La torpeza de los movimientos del personaje es frustrante cuando debes moverte rápidamente para alcanzar una puerta abierta o, al contrario, moverte de forma precisa para no caer o tener que recursar un camino.
Por otro lado, a pesar de que otros juegos de la época (saga Tomb Raider, MGS) ya permitían una interacción más rápida con los enemigos desplegados en el mapa, POP convierte cada enfrentamiento en un ritual exagerado; agregándole la poca diversidad de ataques que podemos efectuar, hace de cada combate algo rutinario y aburrido. Hay que agregar que la diversidad de armas no implica que el juego nos invite a utilizarlas de forma equilibrada; terminaremos olvidando casi todas.
Otras observaciones
Los videos introductorios y los que se reproducen durante algunas transiciones entre niveles no aportan nada a una historia que en realidad no es tan importante en este juego. Son de una calidad aceptable, pero si por algún motivo te perdiste alguno, no pierdes ningún dato; en general, la misma historia del príncipe que rescata la princesa porque alguien quiere casarse con ella.
Conclusión
Hay juegos que valen por su historia, otros por la experiencia de juego y los demás, como POP 3D, por su vistosidad y elegancia. Dependiendo de qué es lo que más aprecies, este título puede ser tu mejor experiencia retro… o un infierno.