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User Rating: 10 | Inuyasha: Ougi Ranbu PS2
-Tenemos que hacer esto, ahora, James, ¡Empecemos! –dijo Alan a James –Sí –coincidió James. Alan ordenó a dos de los hombres que estaban allí para que derribaran la puerta.
-Uds, aquí y aquí –exclamó Alan –¡A todos los equipos, tienen luz verde, repito, tienen luz verde! –le dijo a los equipos por el radió –¡Uds, derriben la puerta, ahora! –ordeno Alan con firmeza. Los hombres pusieron una bomba en la puerta, la activaron, en el dispositivo decía en color rojo: "15" James, Alan y los dos hombres corrieron hacía donde estaba el equipo de asalto, luego de unos segundos, la puerta estallo. Y todos los hombres que estaban allí corrieron hacía la puerta dispuestos a salvar las vidas de todas esas personas. Más delante de la puerta, había varios francos tiradores, éstos recibieron una bala en el pecho de parte del equipo de asalto; Alan y James se adelantaron delante el grupo. Desde ahí se podía escuchar los tiros que había más allá en el ministerio.



-Por aquí –les indico James. Pero en la parte derecha donde se encontraba James apareció un hombre todo de negro y solo se le veían los ojos; el sujeto apunto a James y le dio en el hombro derecho, éste gimió de dolor, cayendo al suelo. Alan le disparo con su metralleta, y luego gritó:


-¿Éstas bien, James?

-Sí, no fue nada.

-Nada de eso. Te quedaras atrás, así no serás tan vulnerable, una vez que terminemos con esto, recibieras asistencia médica.

-De acuerdo.




James se levanto, y se fue para atrás, con el brazo en la mano. El equipo siguió por ahí, caminando, enfrentándose con valentía y honor a los musulmanes.




-Sepárense –se adelanto Alan; los hombres se separaron en filas de tres. Los hombres se separaron, exponiéndose a los peligros que había en el ministerio en esos momentos.



-Tú, James, quédate conmigo –le indico Alan, acercándose a James. Por arriba, se oía muy claro que había una masacre entre supuestos musulmanes y agentes federales – ¡Debemos ir arriba, ahora, James, ¿Por dónde?! –gritó Alan –Seria mejor ir por las escaleras, para tomar a los enemigos por sorpresa –respondió James, señalando las esclareas que habían a la derecha donde ellos estaban –Entonces, ven. No te alejes de mí